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sábado, 28 de mayo de 2016

In My Mailbox: De enero a abril

Hoy les traigo una nueva edición de In my mailbox, sección del blog que realizo tres veces al año. In my mailbox es una creación de Alea, del blog Pop Culture Junkie y la extendió el blog The Story Siren. La idea es compartir todos los libros que uno haya adquirido, ya sea comprados, regalados o ganados en concursos. Hoy es el turno de los libros adquiridos entre enero y abril de este año. Son 14 y entre ellos se encuentran los últimos libros de la colección El séptimo círculo que editó Clarín.

El bosque encantado (Johanna Basford)

Adoro los libros de arteterapia de Johanna Basford. Cada vez que sale uno nuevo, lo compro. Este es el tercero que publicaron en Argentina. Pueden leer mi reseña de El jardín secreto aquí y la de El océano perdido acá.


Los dueños del mundo (Eduardo Sacheri)

Hace un tiempo leí La pregunta de sus ojos (pueden leer mi reseña aquí) y me gustó mucho, por eso no dudé en comprarme otro libro de este autor argentino. En este caso se trata de una serie de cuentos.


Las invitadas (Silvina Ocampo)

Me gustan mucho los cuentos de Silvina Ocampo. Leí Los días de la noche y Los que aman, odian, novela que escribió junto a su marido, Adolfo Bioy Casares (pueden leer la reseña aquí).


El juego de Ripper (Isabel Allende)

Este es el primer libro que compro de esta conocida escritora chilena. Por lo que vi en Goodreads, las críticas están repartidas. Vamos a ver de que lado estoy yo.


Allegiant (Veronica Roth)

Este es el tercer libro de la trilogía Divergent. Decidí comprarme esta trilogía porque en un sorteo gané Four, un libro con cuatro relatos relacionados con estas novelas. Tengo los cuatro libros en inglés.


Go Set a Watchman (Harper Lee)

To Kill a Mockingbird es uno de mis libros favoritos así que cuando salió a la venta Go Set a Watchman, decidí comprarlo. Recién este año pude conseguirlo.


British and American Short Stories (G. C. Thornley)

Este es un libro usado, que tiene varios años y me lo dio mi prima bibliotecaria. Reúne varios cuentos de autores británicos y estadounidenses que fueron adaptados y simplificados para que los estudiantes de inglés puedan comprenderlos mejor. Espero poder usarlo con mis alumnos.


Colección El séptimo círculo

Los toneles de la muerte (Nicholas Blake) y El que susurra (J. Dickson Carr)


Una voz en la oscuridad (Eden Phillpotts) y La sombra de la culpa (Patrick Quentin)


Los suicidios constantes (J. Dickson Carr) y El peso de la prueba (Michael Innes)


Los que aman, odian (Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares)

Pueden leer mi reseña aquí.


sábado, 21 de mayo de 2016

Entrevista a Ariel Pytrell

En una entrada anterior les hablé sobre el fenómeno de la autopublicación de libros en Argentina. Para escribir esa entrada, entrevisté a cinco escritores argentinos. Hoy comparto con ustedes la entrevista que le hice a Ariel Pytrell.


¿Por qué decidiste autopublicar tu último libro luego de haber publicado los demás libros de forma convencional?

Por una sencilla razón: considero a "Sombras de fin del mundo" (Bindalinē 1) como «original» y «literaria», que no responde a conclusiones de análisis de marketing. Todas las editoriales, nacionales y extranjeras, que recibieron el original aprobaron todo, pero no pasó la prueba de «vendible», según los parámetros actuales de lo que debe ser un libro «publicable». Me pareció una enorme pena que una historia que me llevó desarrollar casi toda la vida (comencé a escribir la lengua Danahuacal’ate, que es la que se habla en la serie, a los diez u once años) se perdiera para siempre. En fin, tal vez me equivoque al considerar mi propia obra, pero confío en el tiempo.

¿De qué forma autopublicaste tu libro? ¿A través de una editorial, alguna plataforma en especial?

Sombras del fin del mundo se publicó por primera vez en 2014 a través de la plataforma de autoedición —incipiente en aquel momento— Hesiodo, tanto en versión papel como ebook. Pero a fines del año pasado, retiré esta y las otras dos obras publicadas por esa plataforma, y las publiqué en 2016, también como autoedición, a través de Amazon (donde se venden todos mis libros desde hace muchos años), por medio de Insepia, una editorial personal.

¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de ser un escritor autopublicado?

Entre las ventajas principales, puedo contar el hecho de que el mismo autor controla todas la instancias, desde el texto propiamente dicho (nadie te dice qué tenes que escribir o qué no) hasta las etapas de producción y distribución. Entre las desventajas, debo caer en un lugar común: la económica. Es durísimo para un autor, por más experiencia que tenga en el mercado editorial, traccionar su propio libro sin, prácticamente, mucha inversión. Muchas veces, el lector —y muchos autores que recién se inician— creen que el trabajo de un autor termina cuando pone el punto final a un texto, pero no es así. En realidad, en ese momento comienza otro trabajo tan fundamental como la concepción del libro. Para mí, las acciones para que mi libro llegue a los lectores —ningún escritor escribe para no ser leído— es la parte más difícil, precisamente, porque precisa de una inversión no siempre disponible. Otra de las desventajas puede ser el desprestigio que existe en una edición de autor. Si bien es, a todas luces, un prejuicio, no deja de ser injusto en muchos casos. En efecto, la mayoría de las autopublicaciones no son muy profesionales, ni en su redacción ni en la edición en sí. Pero muy pocos critican las ediciones «profesionales» de las editoriales convencionales cuando no están bien ejecutadas, y hay muchos ejemplos de este tipo. Además, quienes se encargan de difundir este prejuicio (generalmente, el torpedo de prensa de las editoriales fuertes) pasan por alto que Borges y Bioy Casares, para dar dos ejemplos vernáculos y prestigiosos, comenzaron sus vidas literarias, precisamente, como autores autoeditados. Las obras de ficción en español, acaso por la idiosincrasia latinoamericana, cuestan más llegar al gran público, tal vez por los prejuicios que mencionaba antes: la gente necesita que una «marca» editorial les dé confianza, aunque sea un bodrio lo que escribió. Esto nos pasa a todos, me incluyo, pero esta experiencia me enseñó que debemos trascender los preconceptos, hay muchísimos autores de altísimo nivel literario —no siempre compatible con los requerimientos editoriales del momento— que merecen ser leídos y, por lo tanto, publicados.

En la actualidad, ¿estás escribiendo alguna obra que te gustaría autopublicar más adelante?

Bueno, luego de "Sombras del fin del mundo", he autopublicado dos libros más ("Sócrates. Amanecer en la caverna" y "Laberintos", que son dos de mis últimas obras teatrales). Creo que, a pesar de las desventajas mencionadas más arriba, seguiré publicando en la modalidad de autoedición. Me interesa mucho las posibilidades de Amazon para esta tarea. Continúo escribiendo los libros de la serie (Enealogía) a la que pertenece "Sombras…", espero que pronto pueda publicarse la segunda parte de la primera trilogía. Pero no termina la cosa allí. En febrero de este año, y por una modalidad parecida, se publicó la versión en portugués de mi "Sócrates…", que ya está en venta en las tiendas de Amazon y muchas otras en todo el mundo, y se está traduciendo al italiano y al francés, este año habrá novedades al respecto. Y eso no es todo, "Sombras…" también está traduciéndose al inglés, sólo que ha llevado más tiempo a su traductor, pues se trata de una obra un poco complicada como para traducirla fácilmente: este mismo año saldrá a la venta en ese idioma, creo que se ampliarán muchísimo las posibilidades de llegar al gran público. Por otro lado, este año publicaré mi libro de cuentos "El destramaojos", sólo me faltan algunos detalles para terminarlo. Y, también, un libro de teoría teatral de mi campo de investigación y formación teatral: "El renacimiento de lo trágico. Neotragedia para actores, directores y dramaturgos". Sigo trabajando con la pasión y la responsabilidad de toda mi vida.

¿Creés que internet influyó para que cada vez haya más autores autopublicados?

Definitivamente, sí. Y eso es muy beneficioso, por un lado y, por el otro, trae una mayor dificultad para diferenciarse de una masa menos profesional. Creo que falta bastante formación en el oficio y profesión de los escritores. Ojalá podamos revertir esta realidad. Por el momento, agradezco la posibilidad que nos brinda una herramienta tan poderosa como la Internet.

¿Qué tiene que tener un libro para que una editorial importante se interese y quiera publicarlo?

Bueno, creo que ya hemos hablado de esto más o menos veladamente en las respuestas anteriores. Pero como escritor publicado en los canales tradicionales, haber trabajado como "ghost writer" y redactor publicitario durante años, y haber sido editor en distintas editoriales convencionales puedo agregar que estas responden a las «leyes del mercado». A estas leyes deberán ajustarse los textos que lleguen a las editoriales. Hay mucho de leyenda sobre cómo se manejan las empresas, y no lo desarrollaré aquí, por supuesto. Pero, en resumen, entiendo que en los últimos treinta años los editores son más parecidos a técnicos en marketing y dirección de empresas que a su otro costado, el literario. Esto trajo un cambio radical en la forma de gestionar el mercado, de «surtir» a las «demandas» de los géneros, porque publican libros cuyo valor radica en ofrecer garantías ya probadas. Hay poco espacio para lo nuevo, para los «Harry Potter» o los «Código Da Vinci» o los «El Señor de los Anillos», los libros de George R. Martin, que fueron absolutamente originales en su momento, y que llegaron al gran público luego de un período de rechazo casi sistemático. No sé si soy muy claro, sé que debería explayarme más. Tal vez quiero decir que un escritor moderno debe satisfacer más que nunca las «demandas» impuestas por las líneas políticas —que no, literarias— de las editoriales, pues el mercado está tan expandido como estratificado: el riesgo es mayor. Por todo esto, reivindico las plataformas serias de autopublicación. Creo que el texto, y su difusión, harán la diferencia. Espero estar allí cuando eso ocurra.

¿Qué consejos le darías a una persona a la que le gusta escribir?

No me gusta mucho dar consejos, pues las experiencias son personales y, a lo sumo, estas pueden ser compartibles, pero nunca transferibles o impuestas. Si se tiene en cuenta lo que acabo de decir, podré estar tranquilo de que se interpretará bien lo que sigue. En principio, recomendaría lo que, una vez, en un programa radial que conducía, me respondió María Kodama —la mujer de Borges— ante una pregunta mía similar. En rigor, se trata del mismo viejo consejo dado por el autor de "El Aleph": «leer mucho, convertirse en un —excelente lector». Es vital leer pero, sobre todo, saber leer. Leer de todo no significa «leer cualquier cosa», y mucho menos estar obligado a hacerlo o ser un «técnico» a ultranza (muy pocos profesionales de la crítica literaria y académica pueden convertirse en escritores y, mucho menos, en buenos escritores). Un libro —una historia— debe causarnos un íntimo placer, una saludable inquietud, la posibilidad de conocernos a nosotros mismos y de valorar la oportunidad de transformarnos. Esto es lo que creo. Luego, sí, estudiar en profundidad tanto las técnicas de la narratología como la lengua en sí misma. Hay errores tremendos en el dominio gramatical, hay una tendencia a creer que «uno escribe como habla», y este es un doloroso y lamentable error conceptual en el que caen, no sólo lectores desavisados o poco exigentes, sino también editores y escritores, lo cual es muy criticable. Siempre sostuve que un taller literario honesto debería atender, primero, estas cuestiones, además de enseñar a leer las obras de otros. Recomiendo enfáticamente que, para romper reglas, primero se las conozca, para hacer más positivo el aporte y no quede en una mera destrucción. Finalmente, aprender sistemáticamente las reglas del mercado editorial, tanto del convencional como del de autopublicación, las leyes de Propiedad Intelectual y las prácticas de cómo hacer llegar un texto a su destinatario. Ser escritor es un oficio y una profesión. Ser autor —sin entrar en debates sobre derechos y propiedades—, en cambio, es un grado que va más allá de esto que decimos, aunque lo integra, porque es una forma de ser y de vivir, de pensar y de sentir. Alea iacta est.


Pueden encontrar a Ariel Pytrell en los siguientes sitios:





sábado, 14 de mayo de 2016

Poema del mes: Estar enamorado (Francisco Luis Bernárdez)


Este mes elegí un poema que era muy popular hace unos años atrás, Se trata de Estar enamorado, poesía que forma parte del libro La ciudad sin Laura del poeta argentino Francisco Luis Bernárdez. Elegí este poeta porque siento que hoy en día no es muy recordado y, de hecho, las nuevas generaciones desconocen su obra. En cuanto al poema, lo elegí porque a mí me gustaba mucho cuando era adolescente.

Estar enamorado

Estar enamorado, amigos, es encontrar
el nombre justo a la vida.
Es dar al fin con las palabras que para hacer
frente a la muerte se precisa.
Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel
en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que
reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de
la carne respira.
Es contemplar, desde la cumbre de la persona,
la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera
que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz
profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la
perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad
de nuestra sombra está vencida.

Estar enamorado amigos, es descubrir dónde
se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de
un río que nos llama.
Es ver el mar desde la torre donde ha quedado
prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de
cigüeñas y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los
perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo
recibirla de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera
que del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo
ser esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del
corazón y la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de
la música sin tasa.

Estar enamorado, amigos, es adueñarse de
las noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la
cabeza distraída.
Es recordar a Garcilazo cuando se siente la
canción de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las
primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de
una casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña
con las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay
fronteras entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre
la pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda
confesión de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una
pequeña lucecita.

Estar enamorado, amigos, es padecer espacio
y tiempo con dulzura.
Es despertarse una mañana con el secreto de
las flores y las frutas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con
las otras criaturas.
Es no saber si son ajenas o son propias las
lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias
del torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo
tiempo compartir su noche obscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna
todavía sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea
de ser hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre, y en adelante no
volver a decir nunca.
Y es, además, amigos míos, estar seguro de
tener las manos puras.

Francisco Luis Bernárdez (1900 - 1978)
Francisco Luis Bernárdez nació en Buenos Aires, el 5 de octubre de 1900, y falleció en la misma ciudad, el 24 de octubre de 1978. Entre 1920 y 1924, vivió en España, lugar donde recibió la influencia de poetas modernistas. También residió durante un tiempo en Portugal. Cuando volvió de España, Bernárdez se unió al grupo de Florida, una agrupación informal de artistas de vanguardia y apoyó en este período el ultraísmo y las corrientes europeas propias de esta época. Bernárdez fue amigo de Jorge Luis Borges y participó de la segunda época de la revista Proa en las Letras y en las Artes.

Luego, trabajó en el diario La Nación, escribió para la revista Criterio e integró el grupo fundador del diario El Mundo. En 1937, fue nombrado secretario público de la Biblioteca Municipal Miguel Cané e hizo ingresar a Borges, quien trabajó como auxiliar catalogador. También fue director general de Cultura Intelectual y Bibliotecas Públicas Municipales, y formó parte de la Academia Argentina de Letras. Después de 1955, se incorporó al servicio extranjero de Argentina, como embajador en Madrid, hasta 1960. Más tarde, se jubiló como ministro plenipotenciario. Entre sus obras se destacan El buque, Cielo de tierra, La ciudad sin Laura (inspirada en su esposa), Poemas elementales y Poemas de carne y hueso.


URL de la imagen: https://www.goodreads.com/photo/author/4668683.Francisco_Luis_Bern_rdez
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Luis_Bern%C3%A1rdez

sábado, 7 de mayo de 2016

Reseña: El secreto de Jane Austen (Gabriela Margall)

El secreto de Jane Austen es una novela de la escritora argentina Gabriela Margall. Fue publicada el año pasado por Ediciones B bajo el sello Vergara.

Laura Robles es profesora de historia y trabaja en la universidad. Fanática de Jane Austen, sueña con ser escritora. Luego de dos años de trabajo, por fin termina una novela, pero no se anima a contárselo a nadie. Julián Cavallaro es un escritor y editor que, después de un desengaño amoroso, está desencantado y triste. Un día, Laura y Julián se conocen y se enamoran. Tienen largas charlas sobre Jane Austen, el amor, los libros, el deseo y la escritura. Sin embargo, los dos tienen el corazón con cicatrices, lo que provocará un distanciamiento.

Tengo que reconocer que compré el libro porque Jane Austen aparecía en el título y la portada era preciosa. Al igual que Laura, la protagonista del libro, y Gabriela Margall, la autora, soy fanática de esta gran escritora inglesa. También debo reconocer que no suelo leer muchas novelas románticas porque me parecen todas iguales. Pero les puedo decir que fue una buena elección. El secreto de Jane Austen es una comedia romántica contemporánea con personajes reales y eso me gustó mucho. Hoy en día es muy común que los protagonistas de las novelas tengan menos de 25 años. En este caso los protagonistas son treintañeros como yo y viajan en colectivo como cualquier persona común y corriente. Otra cosa que me gustó es que los personajes pertenecen a mi mundo: el de los profesionales con carreras relacionadas con la literatura y la escritura, como editores, escritores o traductores.

La novela está narrada en tercera persona, la mayoría de los capítulos desde el punto de vista de Laura y algunos, desde el de Julián. Entre mis personajes preferidos se encuentran Ana y Alejandro, que forman una pareja despareja, y Alicia, la madre de Ana. Recuerdo un capítulo muy divertido en el que dos amigas de Ana se juntan con Laura y Ana a hablar de desengaños amorosos y clasifican a los hombres de una forma muy especial.

Con respecto a los protagonistas, puedo decir que Laura es una chica muy inteligente y divertida, y no se parece en nada a las típicas heroínas tontas que suelen aparecer en las novelas rosas. Julián también es inteligente, pero lamentablemente ha tenido malas experiencias amorosas que lo han lastimado y eso hace que actúe a la defensiva. Como buena fan de Jane Austen, me gusta cuando Laura y Julián hablan sobre esta escritora, comentan su vida y algunas de sus obras y personajes. Tal vez los admiradores más fanáticos de Austen puedan considerarla una historia liviana, tal vez prefieran algo más profundo. Pero a mí me pareció una comedia divertida, que muestra cómo son las relaciones amorosas hoy en día.

A la hora de puntuar la novela, le puse cuatro estrellas en Goodreads porque me entretuvo mucho. Tan enganchada estaba, que leía solo dos capítulos por día para alargar el libro, no quería que se terminara. Fue la primera novela que leí de Gabriela Margall y espero que no sea la última. Me gustaría leer alguna de sus novelas históricas más adelante.