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sábado, 20 de noviembre de 2010

Jornada Día del Traductor (2da parte)

Luego de un receso de dos horas, la Jornada del Día del Traductor continuó con la presentación del libro "Cuatro Tramas", escrito por las traductoras Paula Grosman y Alejandra Rogante. Las autoras comentaron que decidieron escribir el libro porque durante la formación del traductor se enseña poco sobre cómo escribir en español. Además reconocieron que los conocimientos que los estudiantes traen del secundario son insuficientes para iniciar una carrera terciaria o universitaria y que es necesaria una alfabetización académica.

Grosman y Rogante, quienes pudieron editar el libro gracias a un préstamo del Fondo Nacional de las Artes, contaron que tuvieron que leer mucho para poder escribirlo. "Cuatro Tramas" se enfoca en cuatro actividades que son primordiales para un traductor: leer, escribir, traducir y revisar. Según las autoras, contiene poca teoría pero incluye ejercicios con posibles soluciones. Asimismo, comentaron que habían iniciado tratativas para que el libro pueda venderse en las librerías rosarinas. Ojalá hayan podido llegar a un acuerdo porque un libro como "Cuatro Tramas" es sumamente útil para los estudiantes de traductorado. Para conocer más acerca del libro pueden entrar en la página de las autoras: http://www.grosmanrogante.com/a/espanol/default.htm

La segunda ponencia de la tarde fue "¿Es lo mismo Mafalda y sus amigos que Mafalda and friends? Enfoque pragmalingüístico de la traducción del humor" y la presentó la traductora Carolina Matute. Contó que el humor está constituído por elementos lingüísticos que dan lugar a ambigüedades , y también, elementos extralingüísticos, que están compuestos por los estereotipos y la visión del mundo compartida por el escritor y el lector. Matute analizó varias tiras de Mafalda y los inconvenientes que se presentaron al traducirla al inglés. En el caso de los juegos de palabras, en pocas ocasiones logró mantenerse una equivalencia formal. Otro problema fueron las diferencias socio-culturales ya que para comprender ciertos chistes era necesario conocer la historia argentina. Matute dijo que el traductor debe mediar entre las lenguas para lograr que el chiste tenga sentido.

A continuación, la traductora Verónica Paladini habló sobre el Comercio Internacional de la Traducción en la Argentina. Comentó que antes de la irrupción de Internet, el traductor sólo podía trabajar dentro de su país y en caso de querer trabajar para una empresa radicada en el extranjero, tenía que irse a vivir al exterior. Hoy en día la situación es diferente: el traductor puede trabajar para otros países desde su propia casa. Según Paladini, el futuro de la traducción es promisorio en la Argentina ya que el hecho de tener aranceles más bajos que los otros países resulta atractivo para las empresas multinacionales. También comentó que, en la actualidad, es muy habitual la tercerización. Las empresas multinacionales contratan a agencias locales que, a su vez, contratan a traductores locales. Paladini afirmó que el traductor freelance no compite con las empresas multinacionales y aconsejó dedicarse a la traducción a la lengua madre.

La traductora Luciana Ramos presentó la siguiente ponencia: "Traducción médica: abordaje terminológico para la iniciación del traductor especializado". Comentó Ramos que para poder descifrar la gran cantidad de vocablos que componen la terminología médica es necesario conocer las raíces y los sufijos o prefijos que provienen del griego y el latín. Sin embargo, hay que tener cuidado porque un prefijo puede tener diferentes significados según su lengua de origen. La traductora Ramos recomendó el Diccionario crítico de dudas inglés-español de Medicina de Fernando Navarro y los Diccionarios enciclopédicos ilustrados de Medicina bilingües de Dorland y de Stedman.

Luego de la presentación de Ramos hubo un coffee break y a continuación se presentaron dos ponencias que no pude presenciar por cuestiones laborales.: "La traducción en los tiempos de Google" de la traductora Angelina Tapias y "De San Jerónimo a la traducción automática: Crónicas y tribulaciones de la compleja relación entre traducción y tecnología" de la traductora Rosana Wolochwianski.

Por último, es necesario agregar que además de las ponencias, los asistentes a la Jornada pudieron recorrer varios stands pertenecientes a agencias de traducción, empresas de software y librerías. Fue una excelente oportunidad para que los traductores pudieran relacionarse con sus pares y en el caso de los alumnos de traductorado sirvió para que conocieran aspectos de su futura profesión.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Jornada Día del Traductor


El 1 de octubre pasado se llevó a cabo, en la Federación Gremial de Comercio e Industria, una jornada para celebrar el día internacional del traductor. Organizado por el Colegio de Traductores de la Provincia de Santa Fe (2ª Circ.), el encuentro sirvió para reflexionar sobre la evolución de la profesión en Rosario.

La jornada arrancó con la participación de la escritora Angélica Gorodischer, quien comentó lo que siente al leer las traducciones de sus textos. Dijo que la primera lectura le resultaba extraña pero que después, al releer, encontraba cosas suyas. En definitiva, siente al texto traducido como algo propio e impropio al mismo tiempo. Contó que puede darse cuenta si una traducción está bien hecha y que cuando Ursula Le Guin tradujo algunos de sus cuentos, le pareció que su traducción era mejor que el original.

Entre las anécdotas y curiosidades que relató, se destacó algo que ocurrió cuando la tradujeron al alemán. La traductora le preguntó por la palabra "canyengue" porque no la entendía. La mejor forma que encontró Gorodischer para explicar el significado fue apoyarse en una puerta y hacer una mueca "canyengue". Otra anécdota interesante fue cuando la tradujeron al "español" para una antología estadounidense. La explicación que el traductor eligió para la frase "a mí no me vas a correr con la vaina" no tenía nada que ver con el uso en la Argentina.

También hubo tiempo para hablar sobre la escritura. Dijo que no se puede enseñar a ser escritor pero sí se puede aprender a dominar la gramática y la sintaxis. Alentó al público para que se animaran a escribir y aseguró que cuanta más gente escriba es mejor. También puntualizó que la traducción puede producir una inclinación hacia la escritura.

Gorodischer además comentó que la computadora le cambió la vida ya que le permite ahorrar tiempo. Antes escribía con lápiz, corregía cuatro veces el texto y recién después de eso, lo pasaba a máquina. Ahora reescribe cuantas veces quiere hasta llegar a lo que desea expresar. Al revés de muchos escritores, cuando Gorodischer termina un texto, con el tiempo no vuelve al mismo porque no se le generan dudas.

Por último le preguntaron si alguna vez había escrito en otro idioma. Contestó que sólo lo hizo cuando estudiaba, es decir, al realizar tareas escolares pero que nunca escribió un cuento en otra lengua. Agregó también que aunque maneja el inglés y el francés, no se sentiría cómoda al escribir en estos idiomas.

Luego de Angélica Gorodischer, la traductora Beatriz Vignoli presentó su ponencia: " El texto literario como obra de arte y lo específico de la traducción". Comentó Vignoli que la traducción literaria no está bien remunerada a pesar de ser la más difícil y que muchas veces el traductor la hace por amor al arte.

En cuanto a las dificultades técnicas que puede tener un traductor, Vignoli dijo que los escritores de textos literarios se preocupan por la connotación y la ambigüedad de las palabras, algo que es bastante dificultoso. Otro aspecto que tiene que tener en cuenta el traductor es el estilo del escritor. Por ejemplo, si el autor utiliza oraciones largas o polisíndeton entre otros recursos, el traductor tiene que pensar como mantener ese estilo en la lengua meta. Concluyó diciendo que el traductor tiene que usar los elementos de su lengua para lograr el mismo efecto que el original. Leyó una traducción del poema The Raven ( El Cuervo) de Edgar Allan Poe, en el que el traductor tuvo que jugar con la métrica para poder traducirlo.

También leyó un cuento del escritor y traductor rosarino Elvio Gandolfo que habla indirectamente de los traductores, llamándolos traidores. Muchas veces el traductor tiene que sacrificar ciertos aspectos y no ser completamente fiel al original para poder lograr una buena traducción. Vignoli también comentó que tiempo después de hacer una traducción, cuando la lee le parece que la podría haber hecho mejor.

Luego de un coffee break, la traductora María Cristina Calvi habló sobre "Traducir poesía, pensar en la propia lengua. Traducciones en las revistas literarias de Rosario en la década de 1960". Calvi comentó que ya en el siglo XIX se publicaban revistas literarias en Rosario y, curiosamente, las dos primeras fueron en inglés. Las revistas tuvieron reconocimiento entre los intelectuales pero poca repercusión entre el público general. Estas revistas propiciaban el debate ideológico y también, la práctica de la traducción de una forma no profesional. La mayor parte de las revistas tuvieron poca duración ( con excepción de "El lagrimal trifurca"que duró varios años) y debieron arreglárselas para traducir sin pautas teóricas. En general, elegían poesías de escritores poco conocidos, por lo que de esta forma pudieron a dar a conocer nuevos autores.

Después de la ponencia de Calvi, se presentó un panel de traductores de idiomas no mayoritarios. Lamentablemente, no pude presenciarlo por razones de tiempo pero me contaron que fue muy interesante porque brindaron un panorama de la traducción en idiomas no tan difundidos como el croata, el chino, el lituano y el francés. En la próxima entrada voy a continuar hablando sobre la Jornada del Día del Traductor.