domingo, 4 de junio de 2017

Poema del mes: Setenta balcones y ninguna flor (Baldomero Fernández Moreno)


Hoy les traigo una sección del blog que hacía varios meses que no actualizaba. Pero hace unos días me topé con este poema en Facebook y me dieron ganas de compartirlo con ustedes.


Setenta balcones y ninguna flor es el poema más conocido de Baldomero Fernández Moreno. Algunas décadas atrás eran tan popular que se solía estudiar en las escuelas. Por ejemplo, mi papá se lo sabía de memoria y me lo recitaba a menudo ya que lo había aprendido en quinto grado (sexto grado actual). 

Hoy en día Fernández Moreno no suele ser recordado y me parece una buena oportunidad para que las nuevas generaciones lo conozcan. Les cuento algunos datos de este autor. Baldomero Eugenio Otto Fernández Moreno nació el 15 de noviembre de 1886 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, Cursó sus estudios secundarios en el Liceo Ibérico Platense y en el Colegio Nacional de Buenos Aires, al que le dedicaría años más tarde la Elegía al Colegio Nacional Central. En esos años escribió sus primeros poemas.  En 1904, ingresó a la Facultad de Medicina. En 1906 efectuó prácticas en la Asistencia Pública de La Plata y entre 1910 y 1914 en el Hospital Español. En esos años publicó algunos versos en El Diario Español. En 1912 se instaló para ejercer en la ciudad de Chascomús. En octubre visitó la ciudad el poeta Belisario Roldán quien lo recomendó al médico Fernando Álvarez, hermano de José Sixto Álvarez (alias Fray Mocho), el director de la revista Caras y Caretas, pero las poesías que envió no fueron publicadas. Dos años después se trasladó a Catriló.

Luego de unos meses regresó a Buenos Aires. Allí continuó escribiendo y ejerciendo como médico en el barrio de Floresta. En 1915 publicó su primer libro, Las iniciales del misal, dedicado a Rubén Darío. Un año después publicó Intermedio provinciano y Ciudad. En enero de 1919 se casó con Dalmira del Carmen López de Osornio, Negrita, oriunda de Chascomús, y el 26 de noviembre nació su primer hijo, César, que inspiraría su libro El hijo. En 1920 regresó a Buenos Aires y trabajó en el Servicio de Dermatología del Hospital Español, Pero en 1924, a los 38 años y tras 20 años en la profesión abandonó la práctica de la medicina para dedicarse a la poesía. En 1926 nació su hija Dalmira, que moriría al año. 

En noviembre de 1928 integró la primera Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Escritores. Continuó escribiendo y trabajando como profesor de literatura en el Colegio Nacional Mariano Moreno y de historia en la Escuela Nacional de Comercio n.° 4. En 1936 publicó el Romance a mis chapas de médico. A los diez años muere Ariel, su tercer hijo (1937) por difteria, lo que lo sume en una depresión, que se refleja en su libro Penumbra, publicado ese mismo año. En 1938 obtuvo el Premio Nacional de Poesía por sus Dos poemas, Romances y Seguidillas.

Tuvo dos hijos más, Manrique y Clara, y el 30 de mayo de 1945 nació su primera nieta, Marcela (hija de César), que inspiraría su Libro de Marcela (1946). De todas maneras, la depresión no lo había abandonado: entre 1942 y 1946 concurrió a una clínica psiquiátrica de Floresta, donde permaneció internado algún tiempo, pero su cuadro empeoró. En 1949 tuvo un accidente cerebrovascular y un segundo el 7 de julio de 1950 que le ocasionó la muerte, en su casa del barrio de Flores. 




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