En una
entrada anterior les hablé sobre el fenómeno de la autopublicación de libros en Argentina. Para escribir esa entrada, entrevisté a cinco escritores argentinos. Hoy comparto con ustedes la entrevista que le hice a
Javier Del Ponte.
¿Por qué decidiste autopublicar tus libros?
Bien. Quería dar a conocer una historia, que las vivencias, sufrimientos y felicidades por las que transitó Tiziano (el personaje principal de Renovatio) fueran leídas. Creo que de alguna manera todo escritor busca eso, ser leído. Ante ese deseo, la única oportunidad potable –sin someterme al curioso y mágico azar de enviar manuscritos como un NN a grandes editoriales- que veía ante mí era hacerme cargo de todo lo que implicaba dar a conocer una historia.
¿De qué forma autopublicaste tus libros? ¿A través de una editorial, alguna plataforma en especial?
Bueno, Renovatio –que es mi primer libro, un thriller psicológico– y Tinieblas, que podría ubicarse en el género romántico oscuro, son mis primeros dos libros que fueron publicados por editoriales de autopublicación. Luego utilicé la plataforma Wattpad para ir publicando una nueva historia –de la que tengo pensada hacer dos libros– llamada Un Mundo de Novela y que condensa sobre sí un género fantástico mezclado con aspectos de policial y con una marcada veta existencialista. Si bien lo fui subiendo a esa plataforma, la idea es ver como es aceptado el libro para luego hacer las correcciones pertinentes y editarlo. Para ese trabajo estoy evaluando hacer envíos para que sea evaluado, así como están en evaluación mis dos libros anteriores por otros grupos editoriales.
¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de ser un escritor autopublicado?
La única ventaja que veo en la autopublicación es que uno puede calmar su ansiedad y mostrar un libro al mundo, iniciarse en el duro camino de la literatura. Sin embargo, luego tenemos muchísimas desventajas: comenzando por el costo dinerario que implica asumir la propia publicación, pasando por las muchas habilidades que uno debería desarrollar, como ser la de asesor de marketing, publicista, vendedor como también algo de relacionista público. Por otro lado, y no menos importante, la cuestión radica en el poco valor que muchos lectores le atribuyen a las publicaciones independientes. Hay, en mi valoración de las circunstancias, varios factores que convergen para que el trabajo del autor independiente sea difícil y poco valorado. Por un lado, lo que yo llamo como falta de riesgo editorial. ¿Qué quiere decir esto? Que las grandes compañías editoriales han dejado de buscar la novedad en las penumbras, hoy se limitan a tomar fenómenos en expansión y añadirle todo su aparataje publicitario y de difusión para que aquellos fenómenos alcancen tamaños mundiales (y que por otro lado, muchas veces esos fenómenos distan mucho de ser literatura de calidad; me reservo los ejemplos). Por otro lado, y en consecuencia del primer factor, está la falsa creencia de que aquello que no ha tomado trascendencia, que no tiene un sello editorial importante, no tiene la calidad suficiente. Y como no tiene la calidad suficiente nunca va a ser tomado por un sello importante. Es un círculo vicioso al que es muy difícil entrar, precisamente porque quienes escribimos no siempre sabemos hacer de publicistas o asesores de marketing, conseguirnos alguna entrevista o notas en medios de comunicación, y mucho más difícil, y no menos importante, conseguir puntos de venta fiables.
¿Te gustaría que una editorial conocida publique tus libros alguna vez?
Sí, por supuesto, creo que es la meta de todo escritor: poder dedicarse a escribir y poner toda su energía allí. Estoy, precisamente, en ese camino. Editoriales como GranicaYa, Ediciones B y el grupo PRH han aceptado recibir mis manuscritos, por lo que ahora debo tener lo que nunca tuve: paciencia, porque los tiempos editoriales son muy diferentes a los nuestros como autores.
¿Estudiaste alguna carrera relacionada con la escritura? ¿Participaste de talleres literarios?
Ja ja ja, no, siempre fui un ávido lector. En mis comienzos universitarios transité por el ámbito del derecho durante 4 años, luego –y una vez habilitada la duda sobre lo que quería para mi profesión- comencé la carrera de psicología, que junto a mi propio análisis, me habilitaron la vía de la escritura. En un principio mi acercamiento a las letras fue por intentar escribir algo de toda esa angustia sin palabras que se hacía sentir en mi pecho. Luego de Renovatio mi relación con las letras cambió drásticamente: comencé a tomarlo con el profesionalismo y responsabilidad que requiere un camino como éste. Tal vez haya sido motivada por mi convocatoria como autor invitado a la primera convención blogger en el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, porque a partir de allí sentí una gran responsabilidad con mis lectores.
Antes de publicar tus libros, ¿utilizás los servicios de algún corrector literario?
Por supuesto, es imposible que uno mismo pueda depurar su propio texto por una dificultad fundamental: lo hemos escrito. Eso supone que muchas veces leamos párrafos de memoria y la capacidad de crítica sobre nuestros escritos merme. Hay que aceptar que uno no puede todo, saber castrarse un poco.
En la actualidad, ¿estás escribiendo alguna obra que te gustaría publicar más adelante?
Digamos que estoy con muchos proyectos. En primer lugar lo que te comentaba sobre Un Mundo de Novela, además estoy en la construcción de un proyecto gigantesco con una gran autora como es N.A. Praiack. Estamos escribiendo en conjunto un policial que se las trae. Creo que es pertinente dar por primera vez el nombre: El Enigma del Ocaso. ¡No puedo decir más!
¿Qué consejos le darías a una persona a la que le gusta escribir?
Que escriba, que nunca deje algo que le da placer. Y que se anime, si está dentro de sus posibilidades, a la autopublicación. No voy a decir que es fácil, pero lo que vamos logrando está plagado de satisfacción.
¿Qué posibilidades de autopublicación hay en Rosario? ¿Conocés otros escritores rosarinos autopublicados?
Hay algunas editoriales que se muestran bastante y ofrecen concursos para publicaciones, tal es el caso de Baltazara Editora, o el caso de Laborde como opción de autopublicación. En mi caso publiqué mi último trabajo en una editorial de Capital por una cuestión de tener allí un punto de venta fijo.
Muchísimas gracias por tu interés, Soledad. Creo que estas cosas van a permitir que la literatura Nacional continúe creciendo y que se desmitifique un poco esa idea de que los autopublicados no tenemos suficiente calidad.
Podés encontrar a Javier Del Ponte en los siguientes sitios: