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Luis Benítez |
Hoy les traigo una entrevista que le hice a
Luis Benítez, autor de
Las ciudades de la furia, libro que reseñé en el blog y que sorteé para el séptimo aniversario de
Sol de Echesortu. Pueden leer mi reseña de
Las ciudades de la furia aquí.
¿Cuándo y cómo empezaste a escribir?
Comencé a escribir cuentos -unos cuentos horribles- hacia los 12 años. Con uno de ellos, titulado “La Rata Verde”, gané un concurso literario en la escuela secundaria, a los 14 años. ¡El cuento era malísimo! Luego se despertó mi interés por la poesía, con abundantes lecturas y la experimentación de diversas influencias. Mi primer libro de poemas se publicó en 1980, en Argentina, titulado “Poemas de la Tierra y la Memoria”. Seguí publicando en Argentina y en Chile, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, el Reino Unido, Rumania, Suecia, Venezuela y Uruguay, tanto poesía como novelas, ensayos y cuentos. En este momento, febrero de 2017, mi obra literaria en esos géneros abarca 36 títulos. Recibí varios reconocimientos por mi obra, tanto en nuestro país como en el exterior: entre ellos el Primer Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (París,1991); la Mención de Honor del Concurso Municipal de Literatura (Poesía, Buenos Aires, 1991); el Segundo Premio Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); el Primer Premio Joven Literatura (Poesía) de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); el Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); el Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Italia, 1996); el Tercer Premio Eduardo Mallea de Narrativa (Buenos Aires, período 1995-1997); el Primer Premio de Novela Letras de Oro (Buenos Aires, 2003); el Accésit 10éme. Concours International de Poésie (París, 2003) y el Primer Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2007). Recibí el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Asimismo, soy miembro de varias asociaciones culturales, como la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, (EE. UU.), con sede en la Columbia University, de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (La India). En nuestro país soy miembro activo de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA), de la Asociación de Poetas de Argentina (APOA) y del PEN Club.
¿Qué formación educativa tenés? ¿Creés que para ser escritor es necesario estudiar Letras?
Primaria y secundaria. No es preciso seguir la carrera de Letras para ser autor, aunque tampoco hace daño.
¿Cuáles son tus escritores preferidos?
Dylan Thomas, Jorge Luis Borges, Mark Strand, John Ashbery, Cesare Pavese, Manuel Mujica Lainez, Carson McCullers, Clarice Lispector, Herman Melville, Robert Louis Stevenson, Joseph Conrad. Y siguen las firmas, pero estos son mis “dioses y diosas tutelares”.
¿Qué cosas te inspiran a la hora de escribir?
Los cuentos, las novelas y los poemas surgen de un modo singular, pero que es común para cada género. Primero son una sensación, un sentimiento, algo que ocupa cierto volumen en mi mente, con algún peso específico, y que sigue allí, como un enigma. Yo lo llamo “El Fantasma”. Eso no está hecho de palabras, no tiene forma ni mayor sentido, insisto en que es algo como una sensación. Después estoy mirando la tele, conversando con alguien, leyendo o simplemente pensando, y esa sensación se corporiza, se encarna en una frase, un diálogo posible, que generalmente es el comienzo o el final de la obra; raramente está referido a algo que sucederá en la mitad del cuento, en su desarrollo específico. De esa frase primera se desprenden otras y vienen muchas más, hasta que el cuento, el boceto de novela o el poema tiene un comienzo, un desarrollo posible y un final. Ahí paso al primer borrador, “El Monstruo” lo llamo yo, donde adquiere una forma todavía defectuosa, llena de falencias, pero contiene ese escrito ya la mayoría de las acciones y las características que van a conformar el resultado final. Entonces viene una etapa larga, la de corregir y volver a corregir “El Monstruo” hasta que quedo conforme o simplemente ya no puedo más con el texto y me resigno a que ese es su aspecto final. Pueden pasar meses, en medio de todo esto. Y ese período también puede estar afectado por aportes de la televisión, el cine, el teatro o las lecturas y las interrelaciones que establezco con otras personas. Son factores que van modificando el boceto. Existe una sinergia: la imaginación acentúa los rasgos de la realidad que más me interesan y los datos de esa realidad, presente o pasada, estimulan mi imaginación.
¿Cómo surgió la idea de publicar Las ciudades de la furia?
La licenciada
Viviana Rosenzwit, directora de la Colección Ojo Lector, de Moglia Ediciones, tuvo la generosidad de invitarme a presentar un manuscrito, que leyó muy minuciosamente. Me hizo algunas sugerencias muy atinadas, lo mismo que el editor,
Leo Moglia. Ellos me ayudaron mucho para que la selección de los relatos quedara conformada como hoy la recibe el lector. Para un autor, contar con editores como ellos es algo magnífico. Me ayudaron a definir el eje urbano, a lo sumo suburbano en algunos de los cuentos, que caracteriza a
Las ciudades de la furia. Luego la buena opinión de los lectores, los críticos y los colegas y la buena repercusión que tuvo el libro en las redes sociales terminaron de confirmarme lo acertado de realizar esta edición. También quiero destacar el gran apoyo que para la difusión de
Las ciudades de la furia me brindaron los blogueros, que son grandes y generosos colaboradores para nosotros, los escritores argentinos independientes. Vos,
Sol de Echesortu, fuiste de las primeras que publicó una reseña sobre mi libro, dándolo a conocer y comentándolo, el 22 de octubre pasado. También lo hicieron, no menos generosamente,
Celeste Rearte, de La Calavera Intelectual; Celes, de Un Viaje en Papel; Antonella, de Programando Libros; Lulu, de La Nerd Escondida, por Youtube; Mai, de Fuck The Mundanes; Ana y Marcos, de Un libro es un Mundo Aparte; Santiago, de El Marcapáginas; Vanina, de Solo Necesito un Libro; Kevin, de Mi Blog de Libros... sin dejar de mencionar a todos los que enviaron sus comentarios a los blogs, interesados en conocer y adquirir el libro y todos aquellos que desde las páginas de revistas electrónicas de Argentina, Venezuela, Colombia, Estados Unidos, España y demás, se hicieron eco de la aparición de
Las ciudades de la furia. Pero fueron los mencionados blogueros argentinos los primeros en valorar y comentar el libro, apoyando así a la literatura nacional. ¡Mi mayor gratitud para ustedes!
Los cuentos que más me gustaron de Las ciudades de la furia fueron El inquisidor y Martínez y los abogados. ¿Me podés contar alguna anécdota sobre la escritura de estos dos cuentos?
Sí! El inquisidor está inspirado en un detective de verdad, cuyas oficinas estaban en uno de los pisos de un edificio, en Capital Federal, donde yo alquilaba otra oficina para dictar talleres literarios, allá por los años '80. El sujeto me intrigaba muchísimo, naturalmente, porque yo nunca había conocido a un detective real. Jamás cambié una sola palabra con este sujeto, pero me lo comía con los ojos cada vez que lo veía, en el piso o bien en el ascensor. En cuanto a Martínez y los abogados, Martínez efectivamente también existió, aunque su apellido era diferente. Lo conocí en una isla del Delta, como cuenta el narrador, pero no fue este isleño el protagonista de lo que sucede en el cuento, sino un conocido suyo, que le había contado a Martínez lo de los “abogados”.
Además de ser escritor, ¿tenés otro trabajo?
Soy corrector de textos en una editorial científica de Buenos Aires y colaboro con artículos literarios en varias revistas de América y Europa.
¿Qué consejos le darías a una persona a la que le gusta escribir y quiere hacerlo de manera profesional?
Que ejercite infinitamente su paciencia, porque es una profesión durísima, llena de fracasos y frustraciones, con algunas satisfacciones por aquí y por allá. Que siempre escriba lo que se le antoje, cuando y como se le dé la gana, porque las letras son uno de los pocos campos de libertad que persisten en nuestro tiempo. Que lea cuanto se ponga a su alcance, porque un escritor debe saber algo acerca de todo, de manera de poder hacerse preguntas específicas sobre tal o cual asunto, cuando escribe, y saber también dónde ir a buscar esa información que necesita. Que sea disciplinado: se escribe todos los días, los 365 días del año, así el producto de varias horas de escritura termine en el canasto. Si escribe una página de una novela cada día, solamente una página que contenga 300 palabras, al cabo de un año, cuando llegue Navidad, tendrá sobre su escritorio una novela de 300 páginas. Que sea implacable con lo que escribe y generoso con lo que escriben los demás.
¿Estás escribiendo algo en la actualidad?
Sí, una novela corta. Creo que en unos meses más estará lista. Sucede en la provincia de Mendoza, hace 12 mil años, durante la última Edad del Hielo, cuando existían unos animales increíbles, como el tigre dientes de sable, el megaterio, los mastodontes, gliptodontes y demás gigantes y buena parte del territorio estaba cubierta por glaciares. Además, en Argentina ya se habían establecido los primeros americanos, hordas de cazadores errantes. La protagonista de la novela es justamente una chica que pertenece a uno de esos clanes, el Clan del Pájaro Terrible. Es una novela de aventuras, con protagonista femenina. ¡Yo adoro las novelas de aventuras y me encanta escribirlas! En fin, que si todo va bien, ya la leerán este mismo año.