El pasado miércoles 2 de octubre se llevaron a cabo actividades especiales en el IES Nº 28 "Olga Cossettini" para festejar el Día del Traductor. La actividad más destacada fue la video conferencia con el traductor y escritor canadiense Louis Jolicoeur. Primero comparto con ustedes algunos datos sobre Jolicoeur y luego una breve crónica de la video conferencia.
¿Quién es Louis Jolicoeur?
Louis Jolicœur, nacido en Quebec, Canadá, es doctor en
lingüística, escritor, traductor, intérprete, cronista literario y profesor de
traducción en la Universidad Laval de Quebec. Publicó una novela, Le masque
étrusque (2009), un relato, Le Siège du Maure (2002), el cual ha sido publicado
en México bajo el título La Silla del Moro, en una traducción de Silvia Pratt
(Ed. Sin nombre, 2006); también publicó dos ensayos sobre traducción literaria,
uno en español con Natalia Arregui, Un funámbulo entre metáforas – Mantener el
equilibrio en traducción literaria (Ed. EUG, Granada, 2013), y La sirène et le
pendule - attirance et esthétique en traduction littéraire (1995), así como
tres libros de cuentos, Saisir l'absence (1994, finalista al premio del
Gobernador General de Canadá en 1995, y publicado en 2000 por Conaculta en
México bajo el título Ausenciario, en una traducción de Silvia Pratt), Les
virages d'Émir (1990, finalista al premio de cultura de Quebec en 1991), y
L'araignée du silence (1987, finalista al premio Adrienne-Choquette en 1988).
Sus textos se han publicado también en revistas y antologías de Quebec,
Argentina, México, Canadá, Francia y Bélgica. Traductor al francés del escritor
uruguayo Juan Carlos Onetti, también tradujo a autores españoles (Miguel de
Unamuno), argentinos (Vlady Kociancich, Adolfo Bioy Casares, Juan José Manauta,
Juan Carlos Martini, Marta Nos, Silvina Ocampo, Isidoro Blaisten, Ana María
Shúa), mexicanos (Silvia Pratt, Jesús Gardea, Humberto Guzmán, Silvia Molina,
Aline Petterson, Bernardo Ruiz, Juan Villoro, Severino Salazar, Hernán Lara
Zavala), chilenos (Pía Barros, Teresa Calderón, Ramón Díaz Eterovic, Guido
Eytel, Sonia González, José Paredes) e irlandeses. Ha publicado numerosos
artículos y dado varias conferencias sobre temas relacionados con la traducción
literaria, la literatura del Quebec, la difusión de una cultura nacional a
través de la traducción, etc. Dirige en su universidad un centro de
investigación sobre traducción literaria y difusión cultural, llamado
l'Observatoire de la traduction littéraire.
Crónica de la video conferencia
La charla fue muy amena e interesante y Jolicoeur respondió amablemente todas las preguntas que le hicieron. Consultado sobre qué licencias se puede tomar un traductor, Louis Jolicoeur respondió que hay que respetar el texto original. También le preguntaron hasta qué punto se puede respetar el estilo de un autor y afirmó que se inclina un poco más hacia la libertad pero que un traductor no debe quitarle cosas al texto original. Hay que respetar el estilo y sobre todo las referencias culturales. Dijo que no era muy partidario de las notas al pie pero que a veces son necesarias.
Sobre el panorama de la profesión en su país declaró que hay intrusismo al igual que en Argentina y que en realidad, esto pasa en todas partes del mundo. Nos contó que la traducción siempre fue necesaria en Canadá (si bien se hablan el inglés y el francés no hay muchas personas bilingües) lo que trajo como consecuencia un mundo de la traducción más sólido que en nuestro país. Sin embargo, comentó que los colegios de traductores tienen más poder en Argentina que en Canadá y que a él le gustaría que en su país ocurriese lo mismo que en el nuestro.
Jolicoeur afirmó que un traductor debe conocer la obra del escritor al cual traduce, es decir, que debe entender desde dónde habla el autor. Otro punto importante de la video conferencia fue cuando se refirió a la traducción de ambigüedades. Dijo que se debe traducir la ambigüedad, reproducirla en el texto de llegada, pero que no hay que aclararla y manifestó que no es partidario de consultar a los autores porque si se consulta al autor se va más allá de lo que iría el lector original y de alguna forma se estaría falseando el texto original. Como Jolicoeur además de traductor también es escritor se le preguntó qué postura adoptaba en ese caso y afirmó que como escritor trata de mantener la misma postura que como traductor, es decir, no le gusta mucho que sus traductores lo consulten.
También se le preguntó a Louis Jolicoeur cómo eran las clases de traducción en Canadá y nos contó que se trabajaba con clases de 80 alumnos durante tres horas: en la primer hora de clase trabajaban textos teóricos y en las dos horas siguientes se dedicaban a trabajar textos literarios. Finalmente comentó que suele leer en voz alta el texto original para captar el efecto sonoro y la traducción para ver si hay un equilibrio, hace esto siempre aunque no se trate de poesía.
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