Esta es la sinopsis de la novela:
A Marta nunca se le ha dado muy bien eso de destacar, ni de ir por la vida sin dar traspiés. Pero todo puede cambiar ante la inminente visita a su ciudad de su amor platónico: el escritor de bestsellers Will Cooper. Es la gran oportunidad de dar un vuelco a su vida. Claro que, para conquistarlo, solo contará con su característica torpeza y los insensatos consejos de sus amigas. Ah, y con el odio que le profesa su gato.
Me dieron ganas de leer esta novela porque la protagonista es traductora y tiene un gato, y yo soy traductora y tengo dos gatos. Marta es traductora literaria freelance. Se dedica a la traducción de novelas y está enamorada platónicamente de uno de los escritores cuyas novelas traduce. De hecho, es su fan número uno. Con respecto a su vida personal, tiene 29 años, es soltera y vive en un departamento con su gato Belcebú, que no es muy cariñoso que digamos con ella. Es hija única y sus padres se han separado hace poco. Marta tiene dos amigas inseparables: Puri, que es peluquera, y Lina, que aunque es traductora no ejerce esta profesión sino que trabaja en un restaurante muy paquete. Un día, Will Cooper, el famoso escritor adorado por Marta, viaja a España para promocionar sus libros y Marta hará lo que sea para conocerlo.
La novela está narrada en primera persona por Marta y es una divertida comedia romántica. Creo que podríamos catalogarla como chick lit. Los capítulos están llenos de humor y hay muchas referencias a cosas y personas de España. Algunas referencias no las entendí, pero igual me reí. Siempre está la opción de googlear y listo cuando una tiene una duda o desconoce algo. Es una novela con mucho sabor local y eso me gusta. No soy amante del español neutro. Cuando leo una novela que transcurre en un país específico, quiero que los personajes hablen como las personas de ese país. Esto lo aclaro porque hay personas a las que les pasa lo contrario. Si leen algo con color local y que contiene regionalismos que no conocen no disfrutan la lectura, por lo que prefieren un español neutro. No es mi caso. Como podrán ver, adoro el color local (pinta tu aldea y serás universal).
Una cosa que me gustó es que está muy bien explicada la vida laboral de un traductor. El papá de Marta está obsesionado con que su hija tenga un trabajo en relación de dependencia, y estoy acostumbrada a toparme con este tipo de gente que piensa que yo trabajo por mi cuenta de forma transitoria hasta que consiga un trabajo en relación de dependencia. Nada que ver. La mayoría de los traductores son profesionales que ejercen su profesión de manera independiente, sin jefes ni horarios. El papá de Marta me hizo acordar a mis vecinos y conocidos. El único error que encontré es que la autora parece confundir la labor del traductor y la del intérprete. Hay una escena en la que le piden a Marta que oficie de intérprete de Will porque en la editorial nadie habla bien inglés y la escritora dice que Marta hace una "traducción simultánea". Ese no es el término correcto. Se trata de interpretación simultánea. El traductor traduce textos escritos, mientas que el intérprete trabaja a nivel oral.
Si bien la novela tiene unos cuantos clichés (chica torpe pero inteligente que se enamora de hombre famoso, atractivo y millonario), los últimos capítulos me sorprendieron porque la autora le dio un giro realista. Marta vivía en las nubes y, de golpe, cae a tierra. Lo que le pasa a ella es lógico. Es lo que nos pasaría a nosotras si conociéramos a uno de nuestros ídolos. No todo lo que brilla es oro.
En resumen, la novela me gustó. Le puse 3 estrellas en Goodreads porque me hizo reír mucho con los enredos entre los personajes. Entretener es la función de esta novela y lo logra. Recomiendo este libro a los que gustan de las comedias románticas y novelas del tipo chick lit, historias sin grandes pretensiones literarias que, aunque pueden caer en lugares comunes y ser predecibles, nos hacen pasar un buen rato. Un libro ideal para leer en el verano cuando una busca una lectura liviana.