La reina en el palacio de las corrientes de aire es la tercera entrega de la trilogía —luego convertida en saga— Millennium del escritor sueco Stieg Larsson. La edición que leí es de Booket y fue traducida por Martin Lexell y Juan José Ortega Román.
Esta es la sinopsis de la novela:
Como ya imaginábamos, Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravísimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa.
Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periódico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth lo haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre.
Este tercer tomo empieza justo donde termina el segundo libro. Es como si la segunda y la tercera novela fueran una sola historia muy larga a la que dividieron en dos partes ya que sentí que estos dos libros eran independientes del primero. De todos modos, recomiendo leer el primero porque allí el autor presenta a los personajes.
El tercer libro me mantuvo atrapada todo el tiempo, no hubo escenas de relleno ni partes lentas como en el segundo. Me gustó cómo mucha gente se unió para ayudar a Lisbeth. Mis personajes preferidos fueron el doctor Ander Jonasson y la abogada Annika Giannini (la hermana de Mikael Blomkvist). Annika no es una abogada penal sino especialista en violencia de género y era lo que realmente Lisbeth necesitaba como defensora. Larsson nos muestra que Suecia está más adelantada que Argentina en estos temas que ahora se tocan en todo el mundo, pero que cuando salieron estos libros no eran tan comunes. La parte del libro en que se narra el juicio que le hacen a Lisbeth es genial y perfecta. Cuando parece que Lisbeth va a ser declarada culpable es maravilloso cómo Annika y la propia Lisbeth dan vuelta todo y sacan los trapitos al sol de los villanos de la novela. Los personajes que más odié en esta entrega fueron Peter Teleborian y Ronald Niedermann.
El epílogo fue genial, un verdadero as en la manga de Larsson. Cuando creíamos que había terminado todo, todavía faltaba un enfrentamiento muy especial en el que se destaca la gran inteligencia de Lisbeth.
Le puse cinco estrellas a La reina en el palacio de las corrientes de aire porque me pareció un excelente cierre de trilogía, si bien la primera novela es mi preferida. Tal vez me compre el cuarto libro que no escribió Larsson para ver qué onda, qué tal escribe el autor que lo reemplazó, aunque dudo que esté al nivel de la trilogía original. Además, extraño a los personajes después de haber seguido sus aventuras durante tres libros bastante largos. Millennium es una trilogía altamente recomendable si les gusta la novela negra y lamento mucho la muerte temprana del autor y que no haya podido ver todo el éxito que tuvo lo que escribió.
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