lunes, 11 de noviembre de 2019

Reseña: Las polacas (Patricia Suárez)

Las polacas contiene tres obras de teatro escritas por Patricia Suárez, una escritora rosarina. Este libro fue publicado por Baltasara Editora y lo compré en la Feria del Libro de Rosario de este año. Las tres obras tienen que ver con la trata de blancas. Decidí comprar el libro porque estoy viendo la novela Argentina, tierra de amor y venganza (ATAV) que trata el mismo tema. Hace unos meses, la autora subió a LinkedIn una de las obras —La Varsovia—, yo la leí y me gustó, así que cuando fui a la feria y vi el libro no dudé en adquirirlo. Las obras son Casamentera (La Señora Golde), La Varsovia y Desván.

Esta es una breve sinopsis de las obras:

Sobre la historia real, Patricia Suárez construye con delicadeza y humor tres piezas sobre diferentes momentos de la trata de blancas. En Casamentera (La señora Golde): la negociación entre el “importador” y la casamentera; La Varsovia: el barco que vuelve a Argentina transportando a la nueva “esposa” del rufián y Desván: el día imaginario en que Carlos Gardel visitó un burdel rosarino para alegría y gloria de las polaquitas esclavas que esperan solazarse con su visita.

Antes de reseñar las obras, copio el breve resumen del contexto histórico que figura en la contratapa y que es importante conocer para comprender mejor estas piezas teatrales.

Aunque sigue siendo un tema candente hoy día, la historia de la trata de blancas en Argentina tiene poco más de cien años. En 1906 se creó en Buenos Aires la Sociedad de Socorros Mutuos Varsovia dedicada al negocio de la prostitución e integrada en su mayoría por judíos polacos. La Varsovia cambió su nombre por el de Zwi Midgal cuando las entidades judías la denunciaron, puesto que reprobaban la actividad desarrollada por la organización.

La red armada por la Zwi Migdal se iniciaba con la llegada a aldeas de Polonia del “novio” en busca de una prometida para contraer matrimonio. Las “casamenteras” entregaban adolescentes pobres y vírgenes, cuya familia esperaba paliar su precaria situación económica con el cobro de la “dote” del ventajoso matrimonio de la hija. Muchas venían engañadas y muchas aceptaban a sabiendas que ejercerían la prostitución en un país extraño, a cambio de sobrevivir a los progroms rusos y a la dura existencia en Polonia y en toda la Europa del este. La boda (falsa) se realizaba al llegar a Buenos Aires en la Sinagoga que la Zwi Migdal tenía en la ciudad. Días después la recién casada comenzaba a trabajar en un prostíbulo.

Se estima que el número de víctimas rondó los 3000, casi todas en burdeles de Rosario y Buenos Aires. En Rosario la prostitución habilitaba los 18 años como edad mínima para ejercer el oficio en comparación con Buenos Aires que fijaba esa edad en 22 años, lo cual benefició a los tratantes. La denuncia de Raquel Liberman, que ejercía el oficio en un prostíbulo de Valentín Alsina, provocó la caída del floreciente negocio, hacia comienzos de la década del treinta.

Casamentera (La Señora Golde) ✩✩✩✩✩

La obra está dividida en cinco partes y transcurre en Polonia en 1920. La señora Golde se encarga de buscar chicas pobres que se quieran casar con hombres de Argentina y venirse a vivir a nuestro país. Uno de esos hombres es Schlomo, a quien la señora Golde le mostró una foto de Edit. A él le pareció hermosa, pero cuando la conoció no le pareció adecuada. Schlomo vive en Rosario, es “peletero” y es sobrino del señor Trauman (para mí Trauman siempre tendrá la cara de Fernán Mirás que interpreta este personaje en ATAV). A medida que avanza la historia nos enteramos del verdadero destino que tendrán esas chicas casaderas que se encarga de buscar la señora Golde, quien recibe una suculenta suma de dinero por su “trabajo”. Casamentera es una obra corta pero llena de giros y sorpresas. Recién al final nos enteramos de los verdaderos propósitos y las verdaderas personalidades de los personajes.

La Varsovia ✩✩✩✩✩

La obra tiene cuatro partes y solo dos personajes: Mignón y Rachela. Las dos mujeres viajan en barco desde Europa a Argentina. Junto a ellas viaja Schlomo, el hermano de Mignón que va a casarse con Rachela, pero nunca aparece en escena aunque se habla mucho de él. Aparentemente es el mismo Schlomo de la obra anterior ya que también es peletero. Es genial cómo la autora logra mantenernos enganchados con solo dos personajes. Al igual que en la obra anterior hay giros inesperados en la trama que sorprenden al lector/espectador y que desdibujan el límite entre la engañada y la engañadora.

Desván ✩✩✩✩✩

Esta obra es la más breve de las tres ya que solo tiene dos partes y dos personajes, Margot y Tabita, un par de prostitutas que trabajan en un burdel rosarino. Están felices porque Gardel vino al burdel para estar con una de sus compañeras. Ellas espían a Gardel y a la otra prostituta desde un desván que está al lado de la pieza que ocupa la pareja. Mientras esperan a que Gardel cante, hablan sobre su vida. En esta obra se muestran las vidas sufridas que llevaban las prostitutas y abarca todos los aspectos, desde lo personal hasta los problemas de salud y los sueños que tenían. En la segunda parte hay algunos giros en la trama que sorprenden al lector/espectador.

No me arrepiento de haber comprado Las polacas. Fue una de las mejores lecturas del año. Me gusta cómo la autora crea personajes reales y utiliza el humor para descomprimir situaciones fuertes en medio de un tema tan espinoso, como la trata de blancas. También me encanta la forma en que dosifica los giros en la trama y engancha al lector/espectador que se deja atrapar por la historia y quiere llegar al final para saber cómo termina.

En resumen, Las polacas es un libro que reúne tres obras breves que pintan con realismo un período infame de nuestra historia y que visibilizan el tráfico de personas para la prostitución, algo que lamentablemente sigue vigente. Libro recomendado para quienes gustan de las obras de teatro históricas, costumbristas y realistas, y por supuesto, para los televidentes de ATAV.

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