Hoy comparto con ustedes una entrevista que le hice a la escritora argentina Ana Moglia, autora de La ruta de los sueños, novela que hace unas semanas reseñé en el blog (pueden leer mi reseña aquí).
¿Cómo y cuándo empezaste a escribir?
Ana Moglia |
Exactamente cuándo no recuerdo, pero fue entre 2010/2012, luego de escuchar una frase que me dijo alguien a quien recuerdo con mucho, mucho cariño.
¿Cuáles son tus escritores preferidos?
No podría nombrar uno solo. Leo mucho y a muchos… Con algunos, obviamente, tengo mucha afinidad por su forma de escribir y los sigo eligiendo. Elijo siempre la simpleza, esa es una virtud que no todos tienen y que me atrae como lectora.
¿Estudiaste alguna carrera relacionada con la escritura?
Soy Lic. en Ciencias de la Comunicación, profe de Italiano, correctora y diplomada en Gestión de Emprendimientos. ¡Todo menos los números! Pero si tengo que ser sincera, no creo que haya ningún curso/taller de escritura que te “enseñe” a escribir una novela. Creo que cada uno tiene sus propios talentos. Algunos nacemos para algunas cosas y otros para otras. Tengo cierto recelo con las ofertas de talleres de escritura. Formarse es magnífico, pero el acto de escribir es para el que tiene el talento, como sucede con cualquier otra actividad. Yo, por más que estudiara toda la vida pintura, no sería capaz de lograr un cuadro y eso que amo mirarlos.
¿Cómo surgió La ruta de los sueños?
Cuando pedí una revista prestada. Una revista que trata temas rurales. La tomé en mis manos y en la portada había una imagen de los yerbateros, llevando hojas de yerba mate. No puedo explicarlo, aún hoy no puedo, pero fue como un flechazo y recuerdo que me dije: “¡Esta es la historia del libro nuevo! ¡Esta es!”.
Después de la tormenta es la continuación de La ruta de los sueños. ¿Por qué decidiste escribir este libro?
Después de la tormenta, es un desprendimiento de La ruta de los sueños porque La ruta… tiene su final. No me gusta dejar finales abiertos. Tomé la decisión de escribirlo a pocos días de haberme diagnosticado cáncer. Fue un antes y un después en mi vida donde tomé la decisión de empezar a nadar hacia la orilla, aunque no la viera, pero no dejé jamás de nadar hasta que apareció. Y en medio de mi propia tormenta, apareció esta historia que ocupó mi mente y, fundamentalmente, mi corazón. Sin darme cuenta, en medio del tratamiento, había terminado el libro. Parece extraño pero fue un camino durísimo que transité con mucha, mucha paz y con la alegría de un “libro terminado”.
Varias de tus novelas tienen que ver con la inmigración. ¿Por qué te atrae tanto este tema?
Nunca fue intencional. Tampoco son todas. Algunas tienen que ver porque hacen a la trama, a las raíces de los personajes, pero no he escrito la típica historia de los inmigrantes; suelo tomarlos como modo de “anclar” la historia, pero a partir de allí toma vuelo propio cada personaje.
Tus novelas pertenecen al género romántico. ¿Alguna vez escribiste algo de otro género?
No, pero quién sabe. ¡Por ahí se da! Por ahora estoy muy cómoda en este género, me siento bien, me apasiona el entramado, sobre todo, de las personalidades, bucear en eso me fascina.
¿Qué consejos le darías a alguien que está dando sus primeros pasos en la escritura?
No sé si lo llamaría “consejos”, quizá le contaría lo que yo hice y sigo haciendo: ser perseverante, creer en tus capacidades, formarse, tener paciencia, no ser arrebatado (los arrebatos no nos llevan a ninguna parte) y sobre todo, ser humildes, HUMILDES.
¿Estás escribiendo alguna novela en este momento? ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Uno siempre está escribiendo… y siempre tiene proyectos. Por ahora no puedo decir nada solo que “jamás hay que soltarle la mano a los sueños”.
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